lunes, 9 de octubre de 2023



1065

 

Joan E. Garcés  /   “Soberanos e intervenidos”

 

 (…)

 



Epílogo a la edición de 2012

 

Los documentos y testimonios conocidos, los hechos sobrevenidos después de 1996, confirman los considerados en la primera edición, que se reproduce textualmente. La carga para EEUU de mantener su protectorado sobre el capitalismo internacional ha aumentado: su deuda pública bruta también; en junio de 2012 superaba los 15,8 billones de dólares según el Departamento del Tesoro, equivalente al 103% del Producto Nacional Bruto, contra alrededor del 56% en 1996. Ha aumentado también la especulación financiera, debilitando a los Estados que hacen depender su prosperidad del dinero ajeno más que del ahorro y cohesión interna, mientras reducen la capacidad negociadora de sindicatos y trabajadores asalariados, los “reestructuran” y tratan como mercancía. Alemania, Francia y el Reino Unido quieren ser independientes entre sí; mientras, la política exterior y de defensa europea continúa subordinada a la de una OTAN que se expande hacia las fronteras de Rusia y China, las cuales, a su vez, no se inclinan ante aquélla. Se ha confirmado, asimismo, que tras la incruenta revolución democrática que en abril de 1974 puso término a la dictadura fascista en Portugal, Estados Unidos coordinó con la República Federal de Alemania la cooptación de personas que emergerían controlando a los partidos políticos que sustituirían al Partido Único franquista en la administración pública:

 

Después de que Kissinger, secretario de Estado, hubiera exigido medidas de contra-espionaje […] el coordinador de los servicios secretos Schüler convino con el BND[1], Willy Brandt, Helmut Kohl, Hans-Dietrich Genscher y Franz Josef Strauss la creación de un fondo secreto en el presupuesto del BND a través del cual los partidos y sus fundaciones respectivas recibirían sumas que les permitirían financiar a las instituciones democráticas de la Península Ibérica […] La operación «Pólipo» fue lanzada a comienzos del verano de 1975, después de reunirse [el canciller] Schmidt con el presidente americano Ford y con Kissinger, secretario de Estado. En septiembre, el primer secretario del SPD [Partido Socialdemócrata], Börner, recibió a Wessel, presidente del BND. La conversación trató y concretó la operación conjunta en España que debía sostener a la oposición al régimen de Franco […] Para Wessel la operación «Pólipo» resultó una buena apuesta al demostrar a los socialdemócratas que sus proyectos en política exterior podían ser alcanzados con los métodos de los servicios secretos. En 1983 el canciller Helmut Kohl suprimió el sistema de [entrega de dinero a través de] fundaciones y lo reemplazó por una caja negra en el Ministerio de Asuntos Exteriores denominada «Gastos secretos para fines particulares».

 


El presente ni es prisionero de la historia ni la ignora

 

Quienes mantuvieron a España bajo una dictadura fascista restablecieron en 1977 el sufragio universal bajo restricciones de una severidad sin paralelo en el resto de Europa: ser el único país que no ha exigido indemnización por los bombardeos de la aviación militar alemana e italiana a población civil desarmada en 1936-1939 (Guernica, Málaga, Barcelona, Valencia, Alicante, etc.), ni responsabilidades por el internamiento de españoles en campos de exterminio alemanes entre 1940 y 1945; ni por los delitos de lesa humanidad sobre aproximadamente 4.380.000 personas –equivalente al 17% del total de habitantes en la España de 1936– por el hecho de pertenecer al grupo nacional a destruir, en todo o en parte, por sus convicciones laicistas y republicano-representativas de gobierno. De ellas, decenas de miles fueron ejecutadas; entre 136.062 y 152.230 detenidas y “desaparecidas”; otras 3.400.000 privadas de libertad y/o sus bienes confiscados, según antecedentes que se conservan en el Archivo Histórico de Alcalá de Henares y en la investigación del Juzgado Central de Instrucción n.º 5 de Madrid iniciada en 2008 –antes de que el Tribunal Supremo la prohibiera y expulsara al juez instructor. Alrededor de 500.000 españoles fueron desplazados al exilio; unos 30.000 niños fueron sustraídos a sus padres biológicos y entregados a otro grupo nacional, con identidades alteradas hasta hoy.

 

Mientras que, a partir de 1977, España ha ratificado los principales tratados internacionales en materia de derechos fundamentales convenidos tras la derrota del nazi-fascismo en 1945, su aplicación ha sido confiada a magistrados que en su día juraron lealtad al Dictador y a los Principios Fundamentales del Movimiento, preservando así la impunidad absoluta de los autores de actos de naturaleza genocida cometidos entre el 17 de julio de 1936 y el 15 de junio de 1977. Al tiempo que los gobiernos sucesivos coinciden en denegar la desclasificación de documentos públicos de la dictadura, entre ellos más de 10.000 procedentes de distintos departamentos militares entre 1936 y 1968, con el argumento de que su lectura contribuiría a generar “ruido mediático y afectaría a otros Estados” (los que contribuyeron a mantener a los españoles bajo el fascismo entre 1936 y 1977).

 

No puede entenderse este hecho sin tener presente la ingeniería política ideada para prolongar la hegemonía de los sectores sociales, económicos y religiosos que derrocaron por las armas el régimen representativo republicano en 1936-1939 y sostuvieron el de la dictadura: prohibir la participación en las elecciones parlamentarias de junio de 1977 a los partidos republicanos; establecer un sistema electoral de discriminación del electorado urbano que dificultara la unidad de las izquierdas y los republicanos, facilitara la de las derechas y cerrara el ciclo que iniciara el manifiesto de D. Alfonso XIII de Borbón del martes 14 de abril de 1931:

 

Las elecciones celebradas el domingo me revelan claramente que no tengo hoy el amor de mi pueblo […] Espero a conocer la auténtica y adecuada expresión de la conciencia colectiva, y mientras habla la nación suspendo deliberadamente el ejercicio del Poder Real y me aparto de España, reconociéndola así como única señora de sus destinos.

 

Aquel día se había conocido que en las elecciones municipales la coalición republicano-socialista había ganado la alcaldía de 37 capitales de provincia, Esquerra Republicana de Catalunya de 3, los monárquicos de 10.

 

La desintegración de la URSS y la reunificación de Alemania a partir de 1989 han sobrepasado las estructuras que, desde 1945, impulsaron los EEUU para contener a la Unión Soviética (y a los partidos obreros de Europa occidental), dividir y “europeizar” Alemania y evitar un nuevo intento de “germanizar” Europa. En las posteriores iniciativas alemanas hacia el resto de Europa no es difícil vislumbrar reverberaciones de la experiencia unificadora de los Estados de lengua alemana acometida por Prusia entre 1828 –primera unión aduanera (Zollverein)– y la constitución del II Imperio alemán en 1871, que pueden resumirse en estos términos:

 

Los líderes prusianos […] diseñaron con brillantez los acuerdos del Zollverein como estructuras plutocráticas, camufladas bajo un Congreso General liberal e intergubernamental […] el cual, durante gran parte de su existencia, tuvo unos procedimientos de votación muy liberales que daban a todos sus miembros el mismo poder de voto y plena capacidad de veto. Además de ofrecer a los futuros integrantes beneficios económicos incomparables e inmediatos (derivados de aranceles aduaneros mayores de los que, de otro modo, los Estados podrían percibir), Prusia creó el Congreso General para apaciguar a los miembros liberales del electorado que desafiaban la supervivencia política de los dirigentes políticos reaccionarios de los Estados alemanes. Prusia estaba dispuesta a crear estas estructuras y asumir significativos costes financieros a corto plazo, puesto que su mayor ambición era unir a los Estados alemanes […]. Intentos anteriores de integración fracasaron porque intentaron incluir a las dos grandes potencias: Prusia y Austria. Sólo cuando Prusia fue capaz de excluir a Austria, y por lo tanto se convirtió en la única plutocracia, los acuerdos de integración resultaron exitosos.

 

Las alianzas que se intentan recomponer alrededor de Alemania a algunos les rememoran métodos de «regreso al Congreso de Viena [de 1814-1815] y a nacionalismos gubernamentales», a otros que «España está en el precipicio, agarrada a la cornisa», al tiempo que el capital financiero especulativo los domina a todos. En contraste, la consolidación de la independencia de China Popular abre a los pueblos de Europa y América Latina oportunidades de mayor autonomía –comparable, en algunos aspectos, a la que ofreció a los hispanoamericanos la apertura de los mercados de Estados Unidos y Europa cuyo acceso, hasta 1814, la Corona española les mantenía prácticamente cerrado…

 

(continuará)

 

 

 

[ Fragmento de: Joan E. Garcés. “Soberanos e intervenidos” ]

 

*


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por comentar