miércoles, 26 de julio de 2023

 

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LA COLUMNA DE LA MUERTE

El avance del ejército franquista de Sevilla a Badajoz

 

Francisco Espinosa Maestre

 

[ 045 ]

 

 

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OPERACIONES SECUNDARIAS

 

 

 

 

Últimas operaciones en el sur de la provincia: ocupación de Fregenal y Jerez de los Caballeros

 

 

(…) Un comunicado de 21 de septiembre recibido en la II División relató la ocupación de Jerez de los Caballeros en estos términos:

 

En la provincia de Badajoz se ha ocupado el último reducto de los huidos en Jerez de los Caballeros, que estaba hace días completamente cercado, quedando librada totalmente la frontera portuguesa de focos rebeldes. En esta acción se cogieron al enemigo 60 muertos.

 

 

Unos seiscientos huidos de Jerez intentaron acceder a Portugal en los días siguientes, pero la mayoría fueron detenidos y entregados. El destino de muchos de ellos queda reflejado en memorias de militares sublevados como Rafael González Toro:

 

«Pasamos por Salvaleón —pueblo de ricos y sabrosos jamones— cuando aún no ha salido el sol. Poco antes de llegar a nuestro destino divisamos a un hombre a caballo que al ver los camiones que nos conducen se arroja rápidamente al suelo y, saltando el parapeto de piedra que bordea la carretera, se interna en los olivares. Mi sección, que va en vanguardia, le da el alto repetidas veces y como no se detiene hace fuego sobre él y lo mata. Es un hombre joven, casi un niño, armado con una escopeta de dos cañones. No lleva documento alguno».

 

Con Jerez cayeron igualmente en los días siguientes Oliva de la Frontera, Valle de Santa Ana y Valle de Matamoros. De los sesenta muertos recogidos —tres de ellos en Oliva— no todos cayeron en combate; también hubo entre ellos simples vecinos que fallecieron en el curso de las operaciones. La toma de Oliva en la madrugada del día 21 por el grupo de Navarrete causó a los sublevados cinco bajas: dos muertos y tres heridos. Como solía ocurrir con estos jefes de columnas, ávidos de protagonismo, Navarrete ocultó que en la toma de Oliva intervinieron también fuerzas de Carabineros de Encinasola (Huelva) al mando de noventa hombres y que fueron precisamente dos de esos hombres, los falangistas Joaquín Galván Olivares y Alberto Alcaide, los que murieron en ese encuentro. En Oliva de la Frontera se había constituido una milicia formada por unos trescientos hombres, dirigidos por el cabo de carabineros Fermín Velázquez. Se destrozaron algunas imágenes y se registraron varios domicilios particulares; también se apropiaron de la llamada Casa de Caridad, propiedad de Marcelina Durán, y se incautaron de todo cuanto les apeteció del Sindicato Católico Agrario y de la Sociedad de Ganaderos y Labradores.

 

El trato recibido por los cincuenta presos «acusó la refinada maldad de los marxistas», pues resultó que primero fueron metidos en un «calabozo inmundo» y luego, ante las quejas, trasladados a las escuelas. El Comité prohibió que las criadas llevasen la comida a los presos, obligando de esta forma a que lo hicieran los propios familiares. Los peores recuerdos de los presos irán asociados, también como en otros lugares, a esos forasteros que recorren los pueblos para observar in situ el curso de la «revolución»: visitan la iglesia y la cárcel y, amparados en el anonimato, alientan el uso del fuego purificador y la eliminación de fascistas. El Comité intentaba saber dos cosas: quiénes eran los que habían donado dinero para financiar la trama golpista y dónde se hallaban las armas compradas meses antes. Se denunciaron varios simulacros de fusilamientos e incluso algún conato de dinamitar la prisión con los presos dentro, pero lo cierto es que tras mes y medio de cautiverio, el día 30 de agosto, cuando aún no había amenaza alguna, el Comité, para evitar desenlaces no deseados, decidió liberar a los presos. Transcurrieron luego tres largas semanas, aprovechadas por éstos para huir a otros pueblos y unirse a las columnas; mientras los milicianos se mantuvieron a la espera de acontecimientos antes de emprender la gran marcha. La Causa General de Oliva culpa a las «turbas rojas» del asesinato del concejal socialista Francisco Márquez Ramos, un campesino de 45 años muerto por herida de bala en la puerta del Ayuntamiento unos días antes de la ocupación. Ninguna otra fuente trata este hecho. El día 21 llegaban a un pueblo semiabandonado las fuerzas de Navarrete Alcal.

 

Merece la pena, teniendo en cuenta lo anterior, reproducir el detallado informe sobre los elementos rojos de Oliva:

 

INFORMES SOBRE LOS ROJOS DE OLIVA

DE LA FRONTERA

 

Emiliano Romero Coronado, alcalde socialista y presidente de uno de los Comités.

Francisco Márquez Ramos, teniente de alcalde y miembro del Comité.

Manuel Gigante Gómez, concejal y miembro del Comité.

Ramón Forero García, concejal y miembro del Comité.

Pedro Miranda Morrillo, jefe de los comunistas.

Manuel Matamoros Pombero, nombrado alcalde y presidente del Comité Rojo, muy destacado durante el tiempo que desempeñó dichos cargos.

José García Miranda, miembro de uno de los Comités.

Antonio Bermejo Barneto, elemento muy significado de uno de los Comités.

Dionisio Sánchez García, miembro de uno de los Comités y significado.

José Méndez García, miembro de uno de los Comités, de Izquierda Republicana.

José Nogales Márquez, directivo de los Comités Rojos (comunista).

Fernando Nogales Márquez, miembro del Comité.

Ángel Montes Torrescusa, miembro de uno de los Comités (de cuidado).

Manuel Bermejo Barneto, miembro del Comité.

Manuel Matamoros Garrido, perteneció a un Comité.

Andrés Pardo Portil, directivo y presidente de las Juventudes Socialistas.

Isidoro Boza Lebrato, miembro del Comité.

Fermín Velázquez Vellarino, jefe de las Milicias Rojas, de malos instintos.

Alfonso Almena Ruiz, muy significado en persecuciones y saqueos, organizador de las milicias rojas y dinamitero.

José Duarte González, muy significado en saqueos persecuciones incitador.

Manuel García Amaya, elemento muy significado, de malos instintos.

Francisco Márquez Barragán, se significó en maltratar a los detenidos.

José Moreno Márquez, fue uno de los más significados en detenciones, miliciano de acción de malos sentimientos, fue uno de los que con los detenidos los sometió a simulacros de fusilamientos.

Antonio Preciado Márquez, significado en maltratar a los detenidos, fue el que a la persona de don Juan Pacheco Gómez que fue detenido por este sujeto le hizo objeto de malos tratos.

Ceferino Pérez Moreno, se significó maltratando a los detenidos.

Ramón Pérez Salguero, destacado en persecuciones, saqueos y detenciones.

Manuel Rivera Franco, significadísimo, de malos instintos.

Celestino Gamero Moreno, se significó en las detenciones.

José Plano Torrado, muy significado como miliciano incitador.

Francisco Pereira Rodríguez, muy significado como propagandista incitador.

Antonio Pinilla Torrado, muy significado, propagandista de cuidado.

Fernando Rivera Vellarino, significado por sus propagandas socialistas.

Lorenzo Sánchez González, significado en persecuciones y detenciones.

José Sánchez Melgarejo, significado en persecuciones, detenciones.

Aparicio Sánchez Melgarejo, significado en persecuciones, detenciones.

Francisco Toscano Hernández, significado en propaganda miliciana egerciendo [sic] cierta beligerancia entre los elementos rojos.

Manuel Teodoro Rivera, elemento de los más significados en persecuciones, detenciones y saqueos, considerado peligrosísimo.

Manuel Lebrato Moreno, significado miliciano de mala conducta y malos instintos.

José Carballo Lima, muy significado antes y durante el dominio rojo.

Alfonso Carvallo Cumplido, significadísimo, pertenecía a uno de los Comités, de acción y de malos instintos.

 

Finalmente, el 22 de septiembre, un día después de que la columna Madrid ocupara Maqueda, caería Zahínos en poder del comandante Mariano Lobo Navascues. Por Zahínos pasó e hizo noche la columna de mineros y milicianos procedentes de Jerez que a finales de agosto intentó recuperar Higuera de Vargas, ocupada el 28 de ese mes. Como otros ataques similares resultó un fracaso. La columna, con más de mil hombres, totalmente desmoralizada, regresó mermada ese mismo día a Jerez. En Zahínos temieron el regreso pero nada ocurrió, pues además los derechistas presos ya habían sido liberados. Transcurridos varios días, gente de orden del pueblo se acercó a Higuera de Vargas para avisar a las fuerzas dejadas por los ocupantes de que podían entrar en Zahínos, «puesto que los rojos hacía varios días habían dispuesto [sic] su actitud, ostil [sic] y desorientados hacían vida pacífica». El pueblo sería ocupado el 23 de septiembre por dos columnas, una procedente de Higuera y otra de Oliva, que

 

establecieron el respeto, el imperio de la Ley que exigía nuestra Sagrada Causa Nacional. El pueblo echóse en general a la calle lleno de amor patrio y una vez ofrecerle [sic] al Glorioso Ejército sus servicios, hogares, y bienes de que dispone, se pusieron al lado de éste, de nuestro invicto Caudillo y de España, y dedicáronse desde aquel momento cada uno a sus oficios y trabajos propios…

 

(continuará)

 

 

 

[ Fragmento de: Francisco Espinosa Maestre. “La columna de la muerte” ]

 

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