jueves, 26 de mayo de 2022

 

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Alfredo Grimaldos /  “La CIA en España”

[ 025 ]

 

 

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Isidoro y Mister PESC

 

 (...)

 

CONFIDENTES ESPONTÁNEOS

 

Algunos socialistas no esperan a que la CIA llame a su puerta y son ellos mismos los que ofrecen espontáneamente sus servicios a los norteamericanos. Es el caso de Carlos Zayas Mariátegui, desde la ASU (Agrupación Socialista Universitaria), quien, según documenta Joan Garcés, «aparece informando asiduamente a la Embajada sobre personas de sensibilidad socialista susceptibles de sumarse a combatir al Partido Comunista si recibieran los apoyos materiales que buscaban. Zayas señalaba, entre otros, a Joan Raventós Carner en Barcelona, a José Federico de Carvajal y a Mariano Rubio, al tiempo que desvelaba como principal agente del Partido Comunista en Madrid a Federico Sánchez».

 

Zayas será diputado del PSOE por Huesca en 1977; Raventós, embajador en Francia, después de haber participado en la famosa comida de Lérida en la que el general Armada les cuenta a Enrique Múgica y a él sus planes golpistas; José Federico de Carvajal llegará a presidente del Senado y Mariano Rubio, a gobernador del Banco de España, cargo del que dimite tras ser condenado por sus prácticas delictivas. Federico Sánchez (alias de Jorge Semprún), convertido al anticomunismo, será ministro de Cultura con Felipe González entre 1988 y 1991.

 

Una de las claves de las operaciones secretas de la CIA para controlar los medios socialistas españoles en el exilio es la introducción en estos círculos de un antiguo dirigente del POUM Julián Gorkin. A principios de los sesenta, Gorkin es uno de los personajes que impulsa el llamado «Congreso por la Libertad Cultural» y aparece al frente de distintas publicaciones financiadas por la CIA, como las revistas Cuadernos, editada en París; Examen, en México, y Encounter, en Gran Bretaña, dentro de un amplio esquema propagandístico de matiz netamente anticomunista diseñado desde Langley. Más tarde, dirige también la revista Visión, en la que defiende los puntos de vista de las sucesivas Administraciones norteamericanas en relación con Latinoamérica. El 13 de mayo de 1967, la propia Asamblea General del «Congreso por la Libertad Cultural» reconoce los estrechos vínculos financieros y políticos de este organismo con la CIA. Según Francés Stonor Saunders, el principal impulsor del congreso es el agente de la CIA Michael Josselson.

 

Julián Gorkin aparece, además, al frente del llamado «Centro de Documentación y Estudios», que tiene su sede en París. Ocupa el cargo de vicepresidente, mientras Salvador de Madariaga ostenta, a  título honorario, la presidencia. Las líneas generales del Boletín Informativo del centro están caracterizadas por las directrices de acción política clandestina de la CIA en ese momento: se intenta potenciar a la inexistente ASO (Alianza Sindical Obrera) y a la oposición monárquica y socialdemócrata. Gorkin entra pomposamente en el PSOE en el año 1973, en plena campaña interna de renovación del partido, que terminará con la sustitución de Llopis por Felipe González. Incluso ofrece una conferencia, el 22 de diciembre de ese año, en los locales de la UGT en París, bajo el título «Motivos de mi afiliación al Partido Socialista Obrero Español». En varios artículos del Boletín Informativo de Gorkin ya pueden verse los argumentos esenciales que serán utilizados por Felipe González y Alfonso Guerra en Suresnes. El primer número de ese boletín explica «la necesidad de una izquierda radical que compita, en el campo de la clase obrera, con el Partido Comunista de España, para restarle base y movilidad social».

 

Los intentos de los norteamericanos de conseguir que los socialistas acepten la Monarquía y la continuidad del franquismo renovado son múltiples y se realizan a través de las más diversas y curiosas fórmulas, algunas de las cuales resultan un completo fracaso, como el intento de creación de la ASO, que no pasa de ser una entelequia. Todos estos trajines no le pasan desapercibidos al propio Franco. Escribe Salgado Araujo:

 

Hablamos después de las actividades de la CIA en el mundo occidental y, en especial, en relación con España. La prensa internacional, digo al Caudillo, comenta las actividades de ese organismo. Su obsesión es conseguir que nuestro Estado tolere primero y legalice después la acción de dos partidos, uno de carácter socialista y otro democrático, que deberán tener su expresión en dualidad similar en el campo universitario y sindical. Para conseguirlo no vacilarán en financiar sistemáticamente a grupos de activistas (que han creado la ASO y la FUDE). Por ahora no se proponen como objetivo derribar el Estado, sino importunarlo, preocuparlo, no dejarlo en paz para que se arranque al Partido el compromiso de una coexistencia entre lo legal y lo ilegal, con aspiraciones de suceder al Régimen una vez desaparezcan. Estas objeciones, según la información que doy al Caudillo, las expone la CIA con toda tranquilidad, a la luz del día, financiando las huelgas de Asturias o los tumultos de Madrid y Barcelona. La CIA cree que con esas actividades cumple el deber de prever el futuro, pues, de lo contrario, al régimen débil sucedería el caos y a éste, el comunismo.

 

En el intento de creación de la ASO participa un personaje extraño: Josefina Arillaga, vinculada ya en ese momento a la Fundación Friedrich Ebert, del Partido Socialdemócrata alemán, y considerada, en los propios medios socialistas, como «buena amiga» del entonces jefe del Sindicato Vertical franquista, el falangista José Solís Ruiz. Arillaga, representante oficiosa en Madrid de Rodolfo Llopis durante varios años, hasta 1973, mantiene estrecho contacto con José Federico de Carvajal, un personaje muy bien relacionado con los norteamericanos, que llegará a presidente del Senado con el PSOE.

 

La fase final del asalto al viejo y poco implantado Partido Socialista Obrero Español tiene lugar a partir de 1970, en una batalla en la que se combinan nombres como el de Willy Brandt, en ese momento secretario general del SPD; Max Diamant, asesor del Sindicato del Metal alemán; Enrique Múgica, y Hans Mattholfer, destacado sindicalista alemán que edita la revista Express Español en Alemania. El hombre de Hans Mattholfer en la UGT, Carlos Pardo, tiene también un interesante historial: en 1970 es detenido en Madrid por la Brigada Criminal, acusado de diversos delitos comunes, y se descubre que antes ya ha sido expulsado de Paraguay por estafa. Mattholfer tiene entonces que viajar personalmente a España y entrevistarse con el entonces director general de Seguridad, Carlos Arias Navarro, que pone en libertad a Pardo sin que se le incoe ningún procedimiento judicial. En una carta dirigida a un militante socialista madrileño, Rodolfo Llopis escribe: «Por si no lo sabes, Mattholfer protege y ayuda económicamente a los escisionistas del PSOE. Y ha encontrado en Pardo un lacayo a su medida». Otro personaje turbio que actúa en ese entorno es Manuel Simón, dirigente de las Juventudes Socialistas de Toulouse, que más adelante será nombrado responsable de Relaciones Internacionales de UGT. Simón, que tendrá un papel clave en el defenestrarniento de Llopis, es expulsado de Portugal tras la revolución del 25 de abril, acusado de ser agente de la CIA…”

 

(continuará)

 

 

[ Fragmento de: Alfredo Grimaldos. “La CIA en España” ]

 

*

 


2 comentarios:

  1. "Llopis, que por su ya larga trayectoria política sabia lo qué significaba dar el visto bueno a estas operaciones, quiso exponerle unos hechos de carácter general para que los dirigentes del FFE no se equivocaran sobre el significado profundo de su respuesta. Según él, esto se lo permitían los lazos que unían a dos camaradas que luchaban por los mismos ideales.

    Empezó diciéndole que la FFE no gozaba de mucha estima ni confianza entre los militantes del PSOE, tanto en la parte que radicaba en el exilio como en la que radicaba en España. Las razones eran varias. Una de las primeras, y tal vez la que más influencia tenía, era que los españoles que participaban en los seminarios organizados por la FFE, eran gentes que habían combatido y seguían combatiendo con saña las direcciones del PSOE y de la UGT, tanto en el exterior como en el interior. Además, la publicidad que se organizaba alrededor de estos cursillos mantenía el equivoco y acentuaba el recelo de los militantes socialistas y ugetistas, ya que todo parecía indicar que el SPD era quien organizaba estas reuniones. La participación a éstas de personas como Antonio García López, Josefina Arrillaga, Pallach y Montesinos, todos ellos militantes de la ASO, acrecentaban aún más la desconfianza de los militantes de la UGT.

    El secretario general del PSOE añadía que este recelo provenía en gran parte de que estos personajes, a pesar de sus actividades sindicales, nunca habían sido molestados por la policía de Franco. Remataba su argumentación con que los militantes del PSOE y de la UGT se sintieron defraudados por la FFE cuando se enteraron de que Josefina Arrillaga, después de la desaparición de la ASO, obtuvo una beca de la Fundación para estudiar en Alemania.

    Llopis se preguntaba sobre los verdaderos promotores de estos cursillos. ¿Quién los financiaba realmente: la FFE, el sindicato IG Metall o bien la FIOM? Para él, el hecho de que Matthofer[12] y Max Diamant[13] interviniesen en cada uno de estos cursillos demostraba muy a la clara que detrás de todo ello estaba la mano del gigante sindicato del metal alemán. El que la FFE cubriese estas maniobras del secretario para la formación de IG Metall, era otro motivo de indignación para los miembros del PSOE y de la UGT respecto a la fundación."

    "El veterano Secretario General del PSOE y Presidente de la UGT no estaba dispuesto a entregarse ni política ni culturalmente a los designios de la socialdemocracia alemana. En el exilio, Llopis había ido evolucionando hacia un socialismo democrático que difería sustancialmente del socialismo alemán. Por tradición "psoísta" y por formación intelectual, se hallaba más próximo al socialismo francés y a sus hombres. Un militante como Enrique Múgica, por ser de otra generación pero, sobre todo, por no compartir intelectualmente ni moralmente las ideas del socialismo histórico español, no tuvo ningún reparo en aceptar la ayuda económica y el acompañamiento ideológico de la socialdemocracia alemana, vía la FFE."

    "Las cantidades invertidas por la fundación socialdemócrata alemana fueron astronómicas. Según Mujal León, ascendieron para el periodo 1975-1980 a 20 millones de dólares. Es un hecho ya contrastado que fueron muchos los aspirantes a desempeñar algún cargo en los recientes PSOE y UGT "renovados", los que emprendieron el viaje hacia la sede de la FFE a partir de 1976, o bien que asistieron en Madrid a cursillos de formación organizados por la fundación alemana."

    http://hispanianova.rediris.es/4/articulos/04_003d.htm

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    1. ‘Tatuaje’, MVM :

      “Imagínense ustedes que el hombre angustiado de las obras de Sartre, en pleno ataque de angustia, oye una llamada a su puerta. Acude y es el cobrador de la luz. Si puede pagar, bien. Puede continuar con su angustia metafísica. Pero si no puede pagar se le va la angustia metafísica y le viene la otra”.

      Y la otra, según las reglas del capitalismo, sólo la cura el dinero que, casualmente, solamente posee el capitalista…

      CONFIDENTE ESPONTÁNEO: –Patrón, ¿a quién hay que engañar, traicionar o simplemente eliminar? Usía a mandar que pa eso estamos…

      “Que pues doblón o sencillo
      hace todo cuanto quiero,
      poderoso caballero
      es don Dinero.”
      (Quevedo)

      *

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