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Karl Marx / “Miseria de la filosofía 1846-47”
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CAPÍTULO SEGUNDO. LA METAFÍSICA DE LA ECONOMÍA POLÍTICA
(…)
Segunda observación
Las categorías económicas no son más que expresiones teóricas, las abstracciones de las relaciones sociales de producción. Proudhon, tomando las cosas al revés como buen filósofo, no ve en las relaciones reales más que las encarnaciones de estos principios, de estas categorías, que dormitaban, como nos dice también Proudhon el filósofo, en el seno de la "razón impersonal de la humanidad".
Proudhon el economista ha sabido ver muy bien que los hombres hacen el paño, el lienzo, la seda, en el marco de relaciones determinadas de producción. Pero lo que no ha sabido ver es que estas relaciones sociales determinadas son producidas por los hombres lo mismo que el lienzo, el lino, etc. Las relaciones sociales están íntimamente vinculadas a las fuerzas productivas. Al adquirir nuevas fuerzas productivas, los hombres cambian de modo de producción, y al cambiar el modo de producción, la manera de ganarse la vida, cambian todas sus relaciones sociales. El molino movido a brazo nos da la sociedad del señor feudal; el molino de vapor, la sociedad del capitalista industrial.
Los hombres, al establecer las relaciones sociales con arreglo a su productividad material, producen también los principios, las ideas y las categorías conforme a sus relaciones sociales.
Por lo tanto, estas ideas, estas categorías, son tan poco eternas como las relaciones que expresan. Son productos históricos y transitorios.
Existe un movimiento continuo de crecimiento de las fuerzas productivas, de destrucción de las relaciones sociales, de formación de las ideas; lo único inmutable es la abstracción del movimiento: mors immortalis.
Tercera observación
En cada sociedad las relaciones de producción forman un todo. Proudhon concibe las relaciones económicas como otras tantas fases sociales, que se engendran una a otra, derivan una de otra, lo mismo que la antítesis de la tesis, y realizan en su sucesión lógica la razón impersonal de la humanidad.
El único inconveniente de este método es que, al abordar el examen de una sola de esas fases, Proudhon no puede explicarla sin recurrir a todas las demás relaciones sociales, relaciones que, sin embargo, no ha podido todavía engendrar por medio de su movimiento dialectico. Y cuando Proudhon pasa después, con la ayuda de la razón pura, a engendrar las otras fases, hace como si acabasen de nacer, olvidando que son tan viejas como la primera.
Así, para llegar a la constitución del valor, que, a juicio suyo, es la base de todas las evoluciones económicas, no podía prescindir de la división del trabajo, de la competencia, etc. Sin embargo, estas relaciones todavía no existían en la serie, en el entendimiento de Proudhon, en la sucesión lógica.
Construyendo con las categorías de la economía política el edificio de un sistema ideológico, se disloca a los miembros del sistema social. Se transforman los diferentes miembros de la sociedad en otras tantas sociedades separadas, que se suceden una tras otra. En efecto, ¿cómo la fórmula lógica del movimiento, de la sucesión, del tiempo, podría explicarnos por sí sola el cuerpo de la sociedad, en el que todas las relaciones coexisten simultáneamente y se sostienen las unas a las otras?.
Cuarta observación
Veamos ahora qué modificaciones hace sufrir Proudhon a la dialéctica de Hegel aplicándola a la economía política.
Para él, para Proudhon, cada categoría económica tiene dos lados, uno bueno y otro malo. Considera las categorías como el pequeñoburgués considera a las grandes figuras históricas: Napoleón es un gran hombre; ha hecho mucho bien, pero también ha hecho mucho mal.
El lado bueno y el lado malo, la ventaja y el inconveniente, tomados en conjunto, forman según Proudhon la contradicción inherente a cada categoría económica.
Problema a resolver: Conservar el lado bueno, eliminando el malo.
La esclavitud es una categoría económica como otra cualquiera. Por consiguiente, también tiene sus dos lados. Dejemos el lado malo de la esclavitud y hablemos de su lado bueno: de suyo se comprende que sólo se trata de la esclavitud directa, de la esclavitud de los negros en el Surinam, én el Brasil, en los estados sureños de América del Norte.
Lo mismo que las máquinas, el crédito, etc., la esclavitud directa es el eje de la industria burguesa. Sin esclavitud no habría algodón; sin algodón no habría industria moderna. La esclavitud ha dado su valor a las colonias, las colonias han creado el comercio universal, el comercio universal es la condición de la gran industria. Por lo tanto, la esclavitud es una categoría económica de elevada importancia.
Sin esclavitud, América del Norte, el país de más rápido progreso, se transformaría en un país patriarcal. Borrad Norteamérica del mapa del mundo y tendréis la anarquía, la decadencia completa del comercio y de la civilización modernas. Suprimid la esclavitud y habréis borrado a Norteamérica del mapa de los pueblos.
Como la esclavitud es una categoría económica, siempre ha figurado entre las instituciones de los pueblos. Los pueblos modernos no han hecho más que encubrir la esclavitud en sus propios países y la han impuesto sin tapujos en el Nuevo Mundo.
¿Cómo se las arreglará Proudhon para salvar la esclavitud? Planteará este problema: conservar el lado bueno de esta categoría económica y eliminar el malo.
Hegel no tiene problemas que plantear. Sólo tiene la dialéctica. Proudhon no tiene de la dialéctica de Hegel más que el lenguaje. A su juicio, el movimiento dialéctico es la distinción dogmática de lo bueno y de lo malo.
Tomemos por un instante al propio Proudhon como categoría. Examinemos su lado bueno y su lado malo, sus virtudes y sus defectos.
Si en comparación con Hegel tiene la virtud de plantear problemas, reservándose el derecho de solucionarlos para el mayor bien de la humanidad, en cambio tiene el defecto de adolecer de esterilidad cuando se trata de engendrar por la acción de la dialéctica una nueva categoría. La coexistencia de dos lados contradictorios, su lucha y su fusión en una nueva categoría constituyen el movimiento dialéctico. El que se plantea el problema de eliminar el lado malo, con ello mismo pone fin de golpe al movimiento dialéctico. Ya no es la categoría la que se sitúa en sí misma y se opone a sí misma en virtud de su naturaleza contradictoria, sino que es Proudhon el que se mueve, forcejea y se agita entre los dos lados de la categoría.
Puesto así en un atolladero, del que es difícil salir por los medios legales, Proudhon hace un esfuerzo desesperado y de un salto se ve trasladado a una nueva categoría. Entonces aparece ante sus ojos asombrados la serie en el entendimiento.
Toma la primera categoría que se le viene a mano y le atribuye arbitrariamente la propiedad de suprimir los inconvenientes de la categoría que se trata de depurar. Así, de creer a Proudhon, los impuestos suprimen los inconvenientes del monopolio; la balanza comercial, los inconvenientes de los impuestos; la propiedad territorial, los inconvenientes del crédito.
Tomando así sucesivamente las categorías económicas una por una, y concibiendo una de las categorías como antídoto de la otra, Proudhon llega a componer, con esta mezcla de contradicciones, dos volúmenes de contradicciones, que denomina con justa razón: Sistema de las contradicciones económicas…”
(continuará)
[Fragmento de: Karl MARX. “Miseria de la filosofía”]
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Marx es el "mors immortalis", la piedra punzante en el zapato del burgués. Cada párrafo de sus escritos obliga a la reflexión y conduce a inexorables conclusiones. Si no es más reconocido de lo que ya es, es porque, como él mismo dijo, "Las ideas de la clase dominante son las ideas dominantes en cada época".
ResponderEliminarSalud y comunismo
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“Tesis sobre Feuerbach que bosquejó Marx en la primavera de 1845. La tercera tesis concluye:
ResponderEliminar“La coincidencia del cambio de las circunstancias y de la actividad humana o autotransformación sólo puede ser concebida y entendida racionalmente como práctica revolucionaria.”
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