miércoles, 31 de enero de 2024

 

1106

 

EL ESTADO Y LA REVOLUCIÓN

Lenin

 

( 12 )

 

 

 

CAPÍTULO III

 

LA EXPERIENCIA DE LA COMUNA DE PARÍS DE 1871.

 

 

 

 

EL ANÁLISIS DE MARX

 

 

5. La destrucción del Estado parásito

 

Hemos citado ya, y vamos a completarlas aquí, las palabras de Marx relativas a este punto.

 

… Es habitual que a las nuevas creaciones históricas -escribió Marx-se las tome por una reproducción de las formas viejas, y aun caducas, de vida social con las cuales las nuevas instituciones presentan cierta semejanza. También esta nueva Comuna, que destruye (bricht: rompe) el poder estatal moderno, ha sido considerada como una resurrección de la comuna medieval…, como una federación de pequeños Estados (Montesquieu, los girondinos)…, como una forma exagerada de la vieja lucha contra el excesivo centralismo…

 

… El régimen comunal colocaría a los productores del campo bajo la dirección espiritual de las capitales de sus provincias, ofreciéndoles aquí, en los obreros de la ciudad, los representantes naturales de sus intereses. La sola existencia de la Comuna implicaba, como algo evidente, un régimen de autonomía local, pero ya no como contrapeso a un poder estatal que ahora sería superfluo.

 

 

Destrucción del poder estatal”, que era una “excrecencia parasitaria”; “amputación”, “destrucción” de el; “un poder estatal que ahora sería superfluo”: así se expresa Marx al hablar del Estado, valorando y analizando la experiencia de la Comuna. Todo esto fue escrito hace casi medio siglo, y ahora hay que proceder a verdaderas excavaciones para llevar a la conciencia de las grandes masas un marxismo no falseado. Las conclusiones que permitió hacer la observación de la última gran revolución vivida por Marx fueron dadas al olvido precisamente al llegar el momento de las grandes revoluciones posteriores del proletariado.

 

… La variedad de interpretaciones a que ha sido sometida la Comuna y la variedad de intereses que la han interpretado a su favor, demuestran que era una forma política perfectamente flexible, a diferencia de las formas anteriores de gobierno, que habían sido todas fundamentalmente represivas. He aquí su verdadero secreto: la Comuna era, esencialmente, un gobierno de la clase obrera, fruto de la lucha de la clase productora contra la clase apropiadora, la forma política al fin descubierta para llevar a cabo dentro de ella la emancipación económica del trabajo (…) Sin esta última condición el régimen comunal habría sido una imposibilidad y una impostura…

 

 

Los utopistas se dedicaron a “descubrir” las formas políticas bajo las cuales debía producirse la transformación socialista de la sociedad. Los anarquistas se han desentendido del problema de las formas políticas en general. Los oportunistas de la socialdemocracia actual han tomado las formas políticas burguesas del Estado democrático parlamentario como un límite insuperable y se han roto la frente de tanto prosternarse ante este “modelo”, considerando como anarquismo toda aspiración a romper estas formas.

 

Marx dedujo de toda la historia del socialismo y de las luchas políticas que el Estado deberá desaparecer y que la forma transitoria para su desaparición (la forma de transición del Estado al no Estado) será “el proletariado organizado como clase dominante”. Pero Marx no se proponía descubrir las formas políticas de este futuro. Se limitó a hacer una observación precisa de la historia de Francia, a su análisis y a la conclusión a que llevó el año 1851: se avecina la destrucción de la máquina estatal burguesa. Y cuando estalló el movimiento revolucionario de masas del proletariado, Marx, a pesar del revés sufrido por este movimiento, a pesar de su fugacidad y de su patente debilidad, se puso a estudiar qué formas había revelado.

 

La Comuna es la forma “descubierta, al fin”, por la revolución proletaria, bajo la cual puede lograrse la emancipación económica del trabajo. La Comuna es el primer intento de la revolución proletaria de destruir la máquina estatal burguesa, y la forma política, “descubierta, al fin”, que puede y debe sustituir a lo destruido.

 

Más adelante, en el curso de nuestra exposición, veremos que las revoluciones rusas de 1905 y 1917 prosiguen, en otras circunstancias, bajo condiciones diferentes, la obra de la Comuna y confirman el genial análisis histórico de Marx…

 

(continuará)

 

 

 

 

[ Fragmento de: Lenin. “El estado y la revolución” ]

 

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