lunes, 30 de enero de 2023

 

929

 

NUESTRO MARX

Néstor Kohan

 

[ 061 ]

 

 

SEGUNDA PARTE

 

¿EL RETORNO DE MARX?

 

 

 

Humanismo en función de la historia

 

En las distintas tradiciones hermenéuticas que se inspiran en Marx se pueden encontrar básicamente tres conceptos de historia. El primero alude al proceso histórico como el ámbito en el cual la esencia que define al hombre pugna por realizarse, en lucha con las condiciones de existencia actuales, por ello en esta perspectiva la historia es pensada como la realización teleológica de una norma. El segundo remite a una historia entendida como un proceso natural objetivo originado, dependiente y conforme a "leyes de hierro", "metálicas", inquebrantables, absolutamente independientes tanto de la voluntad de los seres humanos como de su conciencia y de su actividad social, por eso desde este registro la historia es concebida como parte de la naturaleza, como proceso "histórico-natural". El tercero concibe la historia como proceso que no tiene fines ni normas preestablecidas y que constituye un resultado abierto y contingente como producto de la praxis humana. Si la historia, desde esta tercera alternativa, tiene regularidades y leyes de tendencia, éstas no son totalmente independientes de la práctica humana ni constituyen leyes naturales sino que se explican a partir del actuar y la intervención de los sujetos. Estos viven y actúan persiguiendo determinados fines, aunque su entrecruzamiento no coincida necesariamente con las metas individuales de su acción.

 

Si bien en la obra de Marx existen elementos, pasajes y fragmentos como para sostener cada una de las tres posturas, aquella que da cuenta con mayor fidelidad de la perspectiva historicista radical de su método y concepción de la vida es la tercera.

 

El principal defecto del primer concepto (sostenido históricamente por el "humanismo" liberal de Erich Formm o el denominado "socialismo ético" de Rodolfo Mondolfo, por ejemplo) consiste en que parte de una idea antropológica previa que es, en última instancia, ajena a las relaciones sociales. Concibe la historia futura a partir de la meta de la historia pasada y atribuye a la historia las características que corresponderían a una persona separada de los seres humanos, deslizándose consiguientemente en la recaída metafísica que se intentaba superar. Mientras que el del segundo (compartido tanto por el DIAMAT de factura soviética como por Louis Althusser durante los años '60) termina por hipostasiar la historia al punto de convertirla en un proceso necesario y fatal, ajeno a los agentes sociales, que además tendría una direccionalidad prestablecida (DIAMAT) o una existencia "objetiva" indiferente a la práctica de los sujetos sociales concebidos como meros "portadores y soportes" (Althusser).

 

El historicismo de la filosofía de la praxis, como médula profundamente crítica y revolucionaria que caracteriza y define esta filosofía, se ubica y comprende entonces fundamentalmente a partir del concepto de historia entendida como resultado del actuar humano y, sobre todo, de su método dialéctico que concibe absolutamente toda realidad bajo su ángulo perecedero, enfatizando siempre su constante devenir y su negatividad inmanente. Esto se aplica tanto a los escritos juveniles de Marx, como a El Capital.

 

Aun tomando en cuenta la prioridad lógico-estructural y sistemática otorgada en su gran obra de madurez a las leyes de tendencia, estas son concebidas como leyes históricas de la praxis. Es decir, como leyes que rigen las relaciones sociales de los sujetos, pero que no existen al margen de ellos.

 

Lejos de toda metafísica, la noción de subjetividad, entonces, remite en Marx a la historia de la lucha de clases. A partir de ella aquel adopta su sentido, su significado, sus alcances y sus limitaciones. El humanismo se vuelve de este modo inseparable e inescindible del historicismo metodológico…

 

(continuará)

 

 

[ Fragmento de: Néstor KOHAN. “Nuestro Marx” ]

 

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