martes, 31 de mayo de 2022

 

776

 

 

El Imperialismo, la fase superior del Capitalismo

LENIN

 

[ 004 ]

 

 

II.

LOS BANCOS Y SU NUEVO PAPEL

 

 

La operación fundamental y primordial de los bancos consiste en servir de intermediarios para los pagos. En relación con ello, los bancos convierten el capital monetario inactivo en activo, esto es, que rinde beneficio; reúnen toda clase de ingresos metálicos y los ponen a disposición de la clase de los capitalistas.

 

A medida que van desarrollándose los bancos y que va acentuándose su concentración en un número reducido de establecimientos, de modestos intermediarios que eran antes, se convierten en monopolistas omnipotentes que disponen de casi todo el capital monetario de todos los capitalistas y pequeños patronos, así como de la mayor parte de los medios de producción y de las  fuentes de materias primas de uno o de varios países. Esta transformación de los numerosos y modestos intermediarios en un puñado de monopolistas constituye uno de los procesos fundamentales de la transformación del capitalismo en imperialismo capitalista, y por esto debemos detenernos, en primer término, en la concentración de los bancos.

 

En el año económico de 1907 a 1908, los depósitos de todos los bancos anónimos de Alemania que poseían un capital de más de un millón de marcos eran de 7.000 millones de marcos; en el año económico de 1912 a 1913, de 9.800 millones; un aumento de un 40% en cinco años. Además, de esos 2.800 millones de aumento, 2.750 millones correspondían a 57 bancos con un capital de más de 10 millones de marcos. La distribución de los depósitos entre los bancos grandes y pequeños era la siguiente:

 

PORCENTAJE DE DEPÓSITOS TOTALES

 

En marcos

 

 

 

 

 

Años

 

 

 

 

En los 9 grandes bancos berlineses

 

 

En los 48 bancos restantes con un capital de más de 10 millones

 

 

En 115 bancos con un capital de 1 a 10 millones

 

 

En los pequeños bancos (con menos de 1 millón)

 

 

1.907/8

 

 

47%

 

 

32,5%

 

 

16,5%

 

 

4%

 

 

1.912/13

 

 

49%

 

 

36%

 

 

12%

 

 

3%

 

 

 

Los pequeños bancos van siendo eliminados por los grandes, de los cuales nueve concentran casi la mitad de todos los depósitos. Pero aquí no se tiene todavía mucho en cuenta, por ejemplo, la transformación de una serie de pequeños bancos en agencias efectivas de los grandes, etc., de lo cual trataremos más adelante.

 

A fines de 1913, Schulze-Gaevernitz fijaba los depósitos de los nueve grandes bancos berlineses en 5.100 millones de marcos sobre un total de cerca de 10.000 millones. Tomando en consideración no sólo los depósitos, sino todo el capital bancario, ese mismo autor escribía:

 

"A fines de 1909, los nueve grandes bancos berlineses, junto con los bancos asociados, administraban 11.300 millones de marcos, esto es, cerca del 83% de la suma del capital bancario alemán. El 'Banco Alemán' ("Deutsche Bank"), que administra, junto con los bancos asociados, cerca de 3.000 millones de marcos, representa, al lado de la administración prusiana de las líneas férreas del Estado, la aglomeración de capital más considerable, con la particularidad de estar en alto grado descentralizada, del viejo mundo"

 

Hemos subrayado la indicación relativa a los bancos "adheridos", porque esto se refiere a una de las particularidades características más importantes de la concentración capitalista moderna. Los grandes establecimientos, particularmente los bancos, no sólo absorben directamente a los pequeños, sino que los "anexan", los subordinan, los incorporan a su "propio" grupo o empresa" — según el término técnico — por medio de la "participación" en su capital, de la compra o del cambio de acciones, del sistema de crédito, etc., etc. El profesor Liefmann ha consagrado un voluminoso "trabajo" de 500 páginas a la descripción de las "sociedades contemporáneas de participación y financiación", pero, por desgracia, agregando razonamientos "teóricos" muy dudosas a lo que es, frecuente mente, materia prima no digerida. El libro del banquero Riesser sobre los grandes bancos alemanes, explica mejor a qué resultados lleva este sistema de “participación” en lo que se refiere a la concentración. Pero antes de examinar sus datos citemos un ejemplo concreto del sistema de “participación”.

 

El "grupo" del "Banco Alemán" es uno de los más importantes, por no decir el más importante, de los grupos de grandes bancos. Para darse cuenta de los hilos principales que atan entre sí a los bancos del grupo mencionado, hay que distinguir la "participación" de primero, segundo y tercer grado, o, lo que es lo mismo, la dependencia (de los bancos más pequeños con respecto al "Banco Alemán") de primero, segundo y tercer grado. Resulta lo siguiente:

 

 

El

"Banco Alemán"

participa

 

 

Dependencia de primer grado

 

 

Dependencia de segundo grado

 

 

Dependencia de tercer grado

 

 

De un modo permanente

*

Durante un tiempo indeterminado

 

*

De vez en cuando

 

 

 

en

17 bancos

*

 

en

5 bancos

 

 

*

en

8 bancos

 

 

de los cuales 9 participan en 34

*

 

 

-------------------

 

 

*

de los cuales 5 participan en 14

 

 

de los cuales 4 participan en 7

*

 

 

-------------------

 

 

*

de los cuales 2 participan en 2

 

 

Total

 

 

en

30 bancos

 

 

de los cuales 14 participan en 48

 

 

de los cuales 6 participan en 9

 

 

 

Entre los ocho bancos de "dependencia de primer grado" sometidos al "Banco Alemán" "de vez en cuando", figuran tres bancos extranjeros: uno austriaco (la "Sociedad Bancaria", de Viena —"Bankverein"—) y dos rusos (el "Banco Comercial Siberiano" —"Sibirski Torgovi Bank"— y el "Banco Ruso para el Comercio Exterior" —"Russki Bank dliá vneshnei torgovli"—). En total forman parte del grupo del "Banco Alemán", directa o indirectamente, parcial o totalmente, 87 bancos, y el capital total, propio o ajeno, de que dispone el grupo se calcula en dos o tres mil millones de marcos.

 

Es evidente que un banco que se halla al frente de un grupo tal y que se pone de acuerdo con media docena de otros, casi tan importantes como él, para operaciones financieras singularmente grandes y lucrativas, tales como, por ejemplo, los empréstitos de Estado, ha superado ya el papel de "intermediario" y se ha convertido en la alianza de un puñado de monopolistas.

 

Los datos de Riesser que damos a continuación, en forma abreviada, muestran la rapidez con que a fines del siglo XIX y principios del XX se ha efectuado la concentración de los negocios bancarios en Alemania:

 

SEIS GRANDES BANCOS BERLINESES TENÍAN

 

 

 

 

Años

 

Sucursales en Alemania

 

 

Cajas de deposito y oficinas de cambio

 

 

Participación permanente en los bancos anónimos alemanes

 

 

 

 


Total de establecimientos

 

 

1895

 

 

16

 

14

 

1

 

42

 

1900

 

 

21

 

40

 

8

 

80

 

1911

 

 

104

 

276

 

63

 

450

 

 

 

 

Estos datos nos permiten ver cómo se extiende la espesa red de canales que abrazan a todo el país, que centralizan todos los capitales e ingresos monetarios, que convierten a los millares y millares de explotaciones dispersas en una explotación capitalista única, nacional en un principio y mundial después. La "descentralización" de que en el pasaje que hemos reproducido más arriba, hablaba Schulze-Gaevernitz en nombre de la economía política burguesa de nuestros días, consiste, en realidad, en la subordinación a un centro único de un número cada día mayor de unidades económicas que antes eran relativamente "independientes", o, más exactamente, que tenían un carácter estrictamente local. Se trata, pues, en efecto, de la centralización, del reforzamiento del papel, de la importancia y del poder de los gigantes monopolistas.

 

En los países capitalistas más viejos, dicha "red bancaria" es todavía más espesa. En Inglaterra (comprendida Irlanda), en 1910, el número de sucursales de todos los bancos era de 7.151. Cuatro grandes bancos contaban con más de 400 sucursales cada uno (de 447 a 689); otros cuatro, con más de 200, y 11 con más de 100 cada uno.

 

En Francia, los tres bancos más importantes: el "Crédit Lyonnais", el "Comptoir National" y la "Société Générale" han desarrollado sus operaciones y la red de sus sucursales del modo siguiente:

 

 

 

 

 

Número de sucursales y de cajas

 

 

Capitales

(en millones francos)

 

 

 

 

 

Años

En

provincias

En

París

Total

Propios

Ajenos

1870

47

17

64

200

427

1890

192

66

258

265

1.245

1909

1.033

196

1.229

887

4.363

 

 

Para caracterizar las "relaciones" de un gran banco moderno, Riesser suministra datos sobre el número de cartas enviadas y recibidas por la "Sociedad de Descuento" ("Disconto-Gesellschaft"), uno de los bancos más importantes de Alemania y de todo el mundo (su capital ascendía, en 1914, a 300 millones de marcos):

 

 

Años

 

Número de cartas recibidas

 

 

Número de cartas remitidas

 

 

1852

 

1870

 

1900

 

 

6.135

 

85.800

 

533.102

 

 

6.292

 

87.513

 

626.043

 

 

 

En el gran banco parisién "Crédit Lyonnais", el número de cuentas corrientes, que en 1875 era de 28.535, pasó a 633.539, en 1912.

 

 Estas simples cifras muestran, quizá con mayor evidencia que largos razonamientos, cómo la concentración del capital y el aumento del giro de los bancos transforman radicalmente la importancia de estos últimos. Los capitalistas dispersos vienen a formar un capitalista colectivo. Al llevar una cuenta corriente para varios capitalistas, el banco, al parecer, realiza una operación puramente técnica, únicamente auxiliar. Pero cuando esta operación crece en proporciones gigantescas, resulta que un puñado de monopolistas subordina las operaciones comerciales e industriales de toda la sociedad capitalista, obteniendo la posibilidad — por medio de sus relaciones bancarias, de las cuentas corrientes y otras operaciones financieras—, primero, de determinar con exactitud del estado de los negocios de los distintos capitalistas, y, después, de controlarlos, de ejercer influencia sobre ellos mediante la ampliación o la restricción del crédito, facilitándolo o dificultándolo y, finalmente, de decidir enteramente su destino, de determinar su rentabilidad, de privarles de capital o de permitirles acrecentarlo rápidamente y en proporciones inmensas, etc.

 

Acabamos de aludir al capital de 300 millones de marcos de la "Sociedad de Descuento" de Berlín. Este aumento del capital de dicha sociedad fue uno de los episodios de la lucha por la hegemonía entre los dos bancos berlineses más importantes: el "Banco Alemán" y la "Sociedad de Descuento".

 

En 1870, el primero, todavía un novato, no contaba más que con un capital de 15 millones, mientras que el del segundo se elevaba a 30 millones. En 1908, el primero tenía un capital de 200 millones; el del segundo era de 170 millones. En 1914, el primero elevó su capital a 250 millones; el segundo, mediante la fusión con otro banco importantísimo, la "Alianza Bancaria de Schaffhausen", a 300 millones. Y, naturalmente, esta lucha por la hegemonía se desarrolla paralelamente a los "acuerdos", cada vez más frecuentes y más sólidos, entre los dos bancos. He aquí a qué conclusiones hace llegar este desarrollo de los bancos a los especialistas en cuestiones bancarias, que examinan los problemas económicos desde un punto de vista que no va más allá, ni mucho menos, de los límites del reformismo burgués más moderado y puntual:

 

"Los demás bancos seguirán el mismo camino —decía la revista alemana 'Die Bank', con motivo de la elevación del capital de la 'Sociedad de Descuento' a 300 millones—, y los trescientos individuos que en el momento actual rigen los destinos económicos de Alemania se verán reducidos con el tiempo a 50, 25 0 menos. No hay que esperar que el movimiento moderno de concentración quede circunscrito a los bancos. Las estrechas relaciones entre diferentes bancos conducen asimismo, de un modo natural, al acercamiento entre los sindicatos de industriales que se hallan protegidos por estos bancos [. . .] Un buen día nos despertaremos, y ante nuestros ojos asombrados no habrá más que trusts, y nos hallaremos en la necesidad de reemplazar los monopolios privados por los monopolios de Estado. Y, sin embargo, en realidad, nosotros no tendremos nada que reprocharnos, a no ser el haber dejado que la marcha de las cosas se desarrollara libremente, acelerada un poco por el uso de las acciones"

 

He aquí un ejemplo de la impotencia del periodismo burgués, del cual la ciencia burguesa se distingue sólo por una menor franqueza y por la tendencia a velar la esencia de las cosas, a ocultar el bosque tras los árboles. "Asombrarse" de las consecuencias de la concentración, hacer "reproches" al gobierno de la Alemania capitalista o a la "sociedad" capitalista ("nosotros"), temer la "aceleración" de la concentración como consecuencia de la introducción de las acciones, del mismo modo que un especialista alemán en cárteles, Tschierschky, teme los trusts norteamericanos y "prefiere" los cárteles alemanes, porque, según él, no son tan susceptibles "de acelerar de un modo tan excesivo como los trusts el progreso técnico y económico" ¿no es todo esto una prueba de impotencia?

 

Pero los hechos no dejan de ser hechos. En Alemania no hay trusts, sino "solamente" cárteles, pero dirigen el país no más de 300 magnates del capital, y su número disminuye sin cesar. Los bancos, en todo caso, en todos los países capitalistas, cualquiera que sea la diferencia entre las legislaciones bancarias, intensifican y aceleran enormemente el proceso de concentración del capital y de constitución de monopolios.

 

"Los bancos crean en escala social la forma, y nada más que la forma, de la contabilidad general y de la distribución general de los medios de producción", escribía Marx, hace medio siglo, en "El Capital" (trad. rusa, t. III, parte II, pág. 144).

 

 

Los datos que hemos reproducido referentes al incremento del capital bancario, al aumento del número de oficinas de cambio y sucursales de los bancos más importantes, de sus cuentas corrientes, etc., nos muestran concretamente esa "contabilidad general" de toda la clase de los capitalistas y aun no sólo de los capitalistas, pues los bancos recogen, aunque no sea más que temporalmente, toda clase de ingresos monetarios de los pequeños propietarios, de los funcionarios, de la reducida capa superior de los obreros, etc. La "distribución general de los medios de producción": he aquí lo que brota, desde el punto de vista formal, de los bancos modernos, de los que los más importantes en número de 3 a 6 en Francia, y de 6 a 8 en Alemania, disponen de miles y miles de millones. Pero, por su contenido, esa distribución de los medios de producción no es "general", ni mucho menos, sino privada, esto es, conforme a los intereses del gran capital, y, en primer lugar, del capital monopolista más grande, el cual obra en unas condiciones en las que la masa de la población vive semihambrienta; condiciones en las que todo el desarrollo de la agricultura se retrasa irremediablemente con respecto al de la industria, una parte de la cual, la industria pesada", percibe un tributo de todas las demás ramas industriales.

 

En lo que se refiere a la socialización de la economía capitalista, empiezan a competir con los bancos las cajas de ahorro y los establecimientos postales, los cuales son más "descentralizados", es decir, atraen al círculo de su influencia a un número mayor de localidades, a un número mayor de puntos recónditos, a sectores más vastos de la población. He aquí los datos recogidos por la comisión norteamericana encargada de investigar el desarrollo comparado de los depósitos en los bancos y en las cajas de ahorro:

 

DEPOSITOS

(EN MILES DE MILLIONES DE MARCOS)

 

Año

Inglaterra

Francia

Alemania

 

 

En los bancos

En las Cajas de ahorro

En los bancos

En las Cajas de ahorro

En los bancos

En las sociedades de crédito

En las Cajas de ahorro

 

 

1880

 

1888

 

1909

 

 

8,4

 

12,4

 

23,2

 

1,6

 

2

 

4,2

 

¿?

 

1,5

 

3,7

 

0,9

 

2,1

 

4,2

 

0,5

 

1,1

 

7,1

 

0,4

 

0,4

 

2,2

 

2,6

 

4,5

 

13,9

 

 

(continuará)

 

 

[ Fragmento de: LENIN. “1916 El Imperialismo, la fase superior del Capitalismo” ]

 

*


2 comentarios:

  1. En 1909 Inglaterra tenía la mayor parte de sus depósitos en bancos, mientras que Francia, y sobre todo Alemania, en cajas de ahorro. En ese detalle, que pocos economistas tienen en cuenta, radica la fortaleza y el enorme desarrollo de la economía alemana, según Richard Werner, quien sostiene que las cajas de ahorro en Alemania juegan un papel social determinante por su carácter local limitado y la simbiótica cercanía establecida entre éstas, los trabajadores, y la pequeña empresa. Werner, que estuvo en Alemania para estudiar a fondo dicha relación, llega a interesantes conclusiones desde el punto de vista social. Si las encuentro en castellano te lo indicaré.

    Salud y comunismo

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  2. Decía Marx que las leyes en el capitalismo devienen en: “vehículo de depredación de los bienes del pueblo”. Ya en el tránsito del feudalismo al capitalismo se expulsa a los campesinos de sus tierras, despojándolos del suelo y de sus instrumentos de trabajo. De tal manera que se produce un generalizado empobrecimiento –mediante expropiación y explotación— de las clases trabajadoras que el capital necesita para forzar a tales expropiados a la producción de plusvalía, o sea a someterse a la esclavitud del trabajo asalariado. Como el salario, ya en pleno siglo XXI solo permite satisfacer un mínimo de necesidades vitales –la vivienda, la sanidad y una educación dignas no están al alcance del 90% de los asalariados– y la vuelta al trabajo día tras día. Pero el obrero sano y con nómina siempre puede aspirar –¿se ve forzado?– a engrosar modestamente los beneficios de las entidades financieras ‘suplicando’ un crédito ‘razonable’ y por supuesto garantizando su devolución con intereses. Cierto que el margen de ganancia de la Caja de Ahorros suele ser inferior que el beneficio que la ‘mordida legal’ del Banco. Y con los pequeños empresarios otro pelín menos y van que chutan. Pero, hecha tal salvedad, tanto los bancos como las cajas no son más que “vehículos de depredación de los bienes del pueblo”. Por eso –como suele decirse pero ‘casi’ nunca se hace–, es menos delito robar un banco que fundarlo.

    Salud y comunismo

    *

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