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Joan E. Garcés / “Soberanos e intervenidos”
(...)
3. La Guerra Fría en América Latina
“VII. Valparaíso, base naval de intervención extranjera
La intervención británica de 1891 que derrocó al gobierno Balmaceda se apoyó en Valparaíso, base de la Marina de Guerra. La intervención norteamericana que en 1970-1973 desembocó en insurrección, derrocamiento del Gobierno constitucional y politicidio de las izquierdas, tuvo su centro conspirativo castrense en Valparaíso. También la intervención de la Administración Truman después de las elecciones presidenciales de septiembre de 1946. Mientras los cables de la Embajada en Santiago apenas se hacían eco de algún foco de presión sobre el Gobierno procedente del Ejército, no ocurría lo mismo con la Marina. A ello contribuían servicios de acción especial de la Misión de la U.S. Navy, con sede permanente en Valparaíso. El agregado naval de EEUU informaba, el 16 de abril de 1946, que había encontrado receptividad en el Alto Mando de la Marina chilena a posicionarse contra el Partido, de su propio país, que Washington deseaba destruir. Tras la victoria de la coalición de izquierda aquel septiembre, la animosidad del mando de la Marina fue ampliada a los restantes partidos del Gobierno, el Radical y el Democrático. El 29 de enero de 1947 Bowers informaba que dos días antes el almirante Consiglio, primer jefe de la Zona Naval de Valparaíso, había expresado al presidente González
la insatisfacción creciente en la Marina por la fuerte infiltración, influencia comunista en la Marina, causante del deterioro en el orden y disciplina, y por el estímulo a la política revolucionaria de los comunistas por parte del diputado Natalio Berman, comunista; en Talcahuano por el diputado Demócrata, Dionisio Garrido, y el senador Radical de Valparaíso, Eleodoro Guzmán.
El hecho que llevaba a los almirantes a la carga contra los partidos de Gobierno era que «suboficiales de algunos servicios de la Marina se habían negado a cobrar el salario de enero, en señal de protesta por la lentitud del Congreso en aprobar el aumento de sueldo que les habían prometido». En el Congreso tenía mayoría la oposición de derechas…
La razón última de las acciones para destruir el partido latinoamericano obedecía a motivos propios de la Administración Truman, que se aplicaban sobre toda América Latina. El 29 de mayo de 1947 Bowers informaba que aunque expulsados del Gabinete
[…] los comunistas se preocupan de no atacar al presidente González Videla directamente […]. Los llamados a la unidad, las aperturas hacia la Iglesia católica y las declaraciones hechas de que van a respaldar al Gobierno mientras cumpla “el programa presidencial”, son significativos, y tienden a demostrar que temen que la campaña anticomunista, ahora de actualidad en todo el continente, puede eventualmente tener repercusiones en Chile…”
(continuará)
[Fragmento de: Joan E. Garcés. “Soberanos e intervenidos”]
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