jueves, 16 de octubre de 2025




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AMIGOS, ALIADOS Y ENEMIGOS 

 

Isabel Vileya 

 



"La neutralidad es un concepto estrecho de egoísmo" 

V. I. Lenin. 



 

 

¿Porque un "líder mundial" se reúne con un criminal? No es la primera ni será la última vez que se produzcan reuniones de alto nivel entre un alto mandatario con un carnicero ejecutor de los peores crímenes, y esta es una cuestión que hay que analizar con sumo rigor. 

 

El primer error al analizar la reunión mantenida en Moscú entre Al-Jolani y Putin, es hacer el análisis desde la emocionalidad. Esto nos lleva a buscar una respuesta más compleja de la que ofrecen análisis simples sustentados en una supuesta ética y moral. 

 

En el capitalismo Imperialista actual, lo que ha ocurrido en Moscú tiene una lógica profundamente racional. Putin está mandatado por su pueblo, para representar los intereses de su país, que, como en todos los países bajo la dominación del régimen de producción mercantil, los pauta su clase dominante. Reunirse con personajes de dudosa catadura no es algo nuevo y lo han hecho durante toda la historia gobernantes y dirigentes de todas las ideologías; en ocasiones o casi siempre por cuestiones estratégicas, y seguirá siendo así, porque conversar hasta con el enemigo tiene utilidad. 

 


La "Realpolitik" no se hace a golpe de emoción. Es así, no solo en el capitalismo, pero sobre todo en el capitalismo. Claro que hay capitalistas con más decencia que otros y no es lo mismo avasallar pueblos y naciones o cometer exterminio que dedicarse al comercio. Pero, Putin, no es el comandante de una columna guerrillera, ni un dirigente de un Partido comunista revolucionario. Es el jefe de un Estado Burgués con intereses estratégicos en muchos países del mundo y en Oriente Medio, particularmente. 

 


No veo con malos ojos que él u otros dirigentes hagan lo que hacen porque es la naturaleza de las relaciones diplomáticas dentro de este sistema. Lo que sí entiendo merece ser analizado, es la necesidad que tienen algunos o muchos revolucionarios de necesitar parapetarse detrás de figuras mundiales con la esperanza de que cumplan con sus expectativas. Putin no tiene la responsabilidad, ni que se sepa, o el compromiso de hacer la revolución socialista. Eso, es un sueño mal traído de alguno, que no ha entendido que la oportunidad de el choque entre la decadencia Imperialista y la emergencia de los BRICS para posicionar opciones revolucionarias y emancipadoras en un contexto de viabilidad para que los procesos revolucionarios alcancen madurez y empuje. 

 

 

Rusia o China, por nuestros deseos y que se sepan, no han adquirido compromiso alguno con la humanidad para liberarla del yugo capitalista. Esa es tarea nuestra y para eso, los comunistas se deben organizar y aprovechar la marea de las condiciones favorables; a saber: las discrepancias y contradicciones entre potencias en la disputa por el poder, mercados, materias, mercados y territorios, para avanzar en las luchas revolucionarias. Nuestra acumulación de fuerzas, es precaria, pero no por eso debemos encomendarnos a la “providencia” de que un representante de su burguesía nacional, haga la revolución por nosotros y para más inri, en territorios alejados de sus intereses.

 

 

Si una potencia económica favorece nuestros intereses, eso se llama alianza estratégica, nada más, y las alianzas estratégicas cambian, porque detrás de ellas no existe un compromiso revolucionario superior, ni siquiera un juramento de honor. El error, es haberle otorgado el estatus de revolucionario (sin que nos lo pidiera), a una personalidad política de un país capitalista, de un Partido dentro del orden burgués, en su condición de presidente de potencia económica emergente dentro del régimen capitalista.

 

 

 

Nuestra responsabilidad es exigirnos a otros mismos y a nuestros camaradas el cumplimiento del compromiso adquirido en las organizaciones revolucionarias en favor de la revolución socialista, no lloriquear, porque un representante de su burguesía nacional, no cumpla con las expectativas que inocentemente nos habíamos imaginado.  

 

 

 

Todo este episodio, es producto de la derrota y la falta de confianza en las masas. Los cuadros revolucionarios no pueden estarse lamentando, ni uniendo líderes sobre humanos que hagan lo que nosotros no somos capaces de hacer, organizarnos y educar a las masas para la revolución. Debemos analizar con criterio y ecuanimidad, qué movimientos de los aliados y hasta de los enemigos nos son favorables para nuestros propósitos revolucionarios y por sobre todo, no seguir depositando nuestras esperanzas en redentores (en gran medida involuntarios), mientras eludimos nuestra responsabilidad de crear la condiciones para la revolución. No es el tiempo de buscar consuelos y placebo. 

 

 

Cuando hagamos nuestra tarea y podamos decir que por lo menos en algún territorio conseguimos conquistar el Poder y avanzar en la Revolución o profundizarla allí dónde ya existen proyectos revolucionarios, estaremos en disposición de reclamar gestos contundentes qué enfrenten a criminales y repudien sus crímenes. 

 

 

En el socialismo y entre socialistas, no existirá la necesidad de diplomacia, sino la solidaridad entre hermanos. La ética socialista solo se le puede reclamar a socialistas, aunque a veces haya burgueses "decentes" qué hagan algunas cosas decentes. No hay nada más lastimero que un pseudo revolucionario invocando a un burgués: "Qué vuelva la URSS". 

 

 

Muchacho, la URSS, no va a volver sola, ni la va a traer alguien que perdería sus privilegios con su vuelta, la Unión Soviética solo la traerán de vuelta los revolucionarios que se organicen y obliguen a la burguesía a retroceder y a entregar el poder. 

 

 

A Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César.

 

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